PEG – HOJA DE RUTA DE LA OIEC
HOJA DE RUTA DE LA OIEC
Promover y construir el Pacto Educativo Global DESDE LO LOCAL
Juan Antonio Ojeda Ortiz, fs, Responsable de Educación de la OIEC (Oficina Internacional de la Educación Católica) y Consultor de la Congregación para la Educación Católica.
Descargar la hoja de ruta de la OIEC
Todos estamos convocados a construir el Pacto Educativo Global (PEG/GCE) como nos ha invitado el Papa Francisco en reiteradas ocasiones y, de forma especial, en la convocatoria del mismo, el 12 de septiembre de 2019 y en su relanzamiento, el 15 de octubre de 2020.
Hemos de comprender que lograr esta alianza es responsabilidad de todos. Por ello debemos trabajar juntos, lograr consensos y compromisos asumibles por todos y, desde ahí, seguir avanzando. Es necesario dialogar, escuchar de forma activa y humilde, tratar de comprender los argumentos y propuestas de los otros.
Supondrá un esfuerzo por parte de todos, buenas dosis de empatía y compasión, pues vivimos inmersos en nuestras visiones y egoísmo, en nuestra “autorreferencialidad”, como el Papa Francisco señala. Así, nos cuesta ver la vida y lo que acontece desde los otros.
Todo esto supone cambiar la mirada y ver la educación no sólo desde nuestro prisma, conocimientos y experiencias. Sino ser capaces de verla y analizarla desde los otros, desde el impacto real que está teniendo la educación que venimos impartiendo y, a partir de ese análisis, buscar juntos los criterios y acciones a modificar o a introducir. Vivimos en un mundo cada vez más plural y complejo. No podemos encontrar soluciones de mejora, actuando como francotiradores, de manera aislada y fragmentada. Hoy es más urgente y necesario que nunca la colaboración, en pequeños y medianos grupos y a través de la colaboración masiva, en la que participan miles y millones de personas para crear una nueva educación para todos.
Construir juntos esta alianza
Por ello, la OIEC, ante este llamado del Papa, se ha movilizado y comprometido para construir con otros este pacto global desde lo local. Así, después de múltiples reuniones y trabajos, hemos unido voluntades y acordado la colaboración estrecha con la Comisión de Educación de la UISG-USG, con el apoyo y en coordinación con la Congregación para la Educación Católica (CEC). Juntos hemos diseñado y estamos desarrollando una Hoja de Ruta con 5 acciones concretas, pero de gran impacto, que hemos configurado de forma abierta y flexible para que cada institución las contextualice y adapte, al tiempo, que cada una de ellas también pueda impulsar aquellas otras acciones que considere oportuno.
Al conjuntarnos estas tres instituciones (OIEC, UISG-USG y la CEC) queremos visibilizar y testimoniar que, trabajar juntos, es la única vía de co-crear un pacto global que responda a las urgencias, necesidades y desafíos actuales y lo haga de forma clara, sólida y duradera. Lograremos esta alianza local y global si trabajamos juntos entre nosotros y con otros.
Hemos puesto el foco en lo local, en construir el pacto desde abajo hacia arriba. Pretendemos llegar a cada aula, escuela, preparatoria, bachillerato, universidad, ONG o cualquier otra institución educativa formal o no formal y desde ahí, con el concurso de todos, lograr ciudades más humanas, fraternas, solidarias y sostenibles. A este respecto, Cristóbal López, cardenal y arzobispo de Rabat, presidente de la Enseñanza Católica de Marruecos decía en el Libro Luces para el camino hacia el Pacto Educativo Global, de la OIEC (p. 185): Cada Secretariado Nacional de Educación Católica debería invitar a entidades educativas de su país a unirse a este Pacto Global. La Diplomacia vaticana (Nunciaturas) debería hacer el trabajo de invitar al Ministerio de Educación que les corresponde, para que participe en nombre de su país, y para que invite a las organizaciones educativas a sumarse al pacto (sindicatos, partidos políticos, organizaciones empresariales y culturales, etc.). Cada Escuela Católica puede hacer lo mismo a nivel local: Municipalidad, Centros Educativos, Partidos, Sindicatos, Asociaciones… En cada localidad debería reproducirse el Pacto a escala local, de manera que genere una dinámica que asegure la educación para todos y que la transforme en fuerza renovadora de la misma localidad.
Igualmente, el P. Pedro Aguado, presidente de la Comisión de Educación de la UISG-USG, en la p. 229, añadía: La educación supera ampliamente los límites de la institución escolar. ¿Qué hacer para tener una mirada más amplia y global?
- Organizar foros de encuentro permanentes donde nos reconozcamos en nuestra especificidad.
- Programar acciones significativas y dinamismos concretos que integren los diversos agentes educativos (escuela, familia, Iglesia, municipio, empresa, etc…)
- Promover el modelo de “escuela a pleno tiempo” que esté vinculada con la comunidad.
- Avanzar en el modelo de “ciudad educadora” como herramienta que conecta las realidades educativas de una misma ciudad.
Así pues, todos estamos llamados, convocados a construir juntos este Pacto Educativo Global.
Sin duda, al Vaticano, a los gobiernos y a las autoridades de los organismos internacionales y de los países del mundo, les corresponde desempeñar un papel y desarrollar una serie de iniciativas y acciones para avanzar en este pacto. Pero también, a los que estamos en primera línea, en los centros educativos y aulas (estudiantes, docentes, familias, colaboradores); en el trabajo cotidiano de las ONG; asociaciones de vecinos, de la cultura o la política local; artistas, deportistas, economistas, empresarios y demás sectores de la municipalidad y las autoridades de la misma, también debemos implicarnos de manera activa, participativa, colaborativa, en la construcción, desde las realidades concretas que vivimos en nuestros barrios, distritos, ciudades. Hemos de desentrañar los problemas y dificultades, los aciertos y errores, los desafíos urgentes y lo caduco, lo nuevo que crear e incorporar al proyecto educativo de cada entidad, lo viejo que hay que eliminar y aquello que sigue siendo válido y debemos mantener.
Hoja de Ruta de la OIEC, UISG-USG, CEC: 5 Acciones
No nos podemos quedar en los titulares, en el mero conocer o intentar comprender el significado y alcance de este llamado. Tampoco podemos dilatar los tiempos hablando y hablando, solo por hablar; y, seguir en la inacción. No debemos perder tiempo. Urge pasar a la acción, urge desbrozar el camino hacia el pacto, arrojar luces, identificar los problemas y necesidades, lo nuevo a incorporar y tejerlo de forma armónica e integrada, consensuándolo con los otros.
Para ello hemos configurado estas 5 acciones que os presentamos de forma genérica y que iremos lanzando progresivamente en los próximos meses, para ayudar a los centros e instituciones a co-crear esta alianza local y global.
Con ella tratamos de lograr los siguientes objetivos:
Queremos despertar el interés e invitar a conocer la convocatoria de esta alianza local y global. Que muchos se involucren en su construcción. Igualmente, queremos impulsar, orientar y acompañar este proceso para que sean muchos los que participen y para que lleven a buen puerto sus reflexiones, búsquedas y consensos, transformando sus proyectos educativos y sus contextos. Lograr que trabajemos juntos, los católicos y también con los no católicos. Por último, posibilitar el compartir las iniciativas y los logros para inspirar y contagiar a otros.
Esta primera acción ya la realizamos, pero sigue vigente y es de gran utilidad e inspiración para desbrozar el camino hacia la construcción del pacto. Esta primera acción fue la co-creación del libro: “Luces para el camino. Pacto educativo Global. Una educación de, con y para todos. Hacia una sociedad más fraterna, solidaria y sostenible”. En él participaron más de 220 personas de más de 43 países: niños, jóvenes, profesores, familias, directivos, ministros de educación, obispos, cardenales, superiores y superioras generales, expertos internacionales… que nos aportan retos, luces, desafíos a responder juntos y de forma certera, para co-crear esta alianza. Sus páginas nos despiertan y convocan al pacto, son una valiosa aportación a la reflexión y la búsqueda. Todos convocados a ampliar su contenido.
En esta segunda acción invitamos a todos los centros e instituciones a poner el logo oficial del pacto a ponerlo junto a los logos de las escuelas, universidades, ONG y demás entidades.
En las próximas semanas lanzaremos la invitación a todas las escuelas católicas del mundo y a todas las demás instituciones educativas que se quieran sumar a esta iniciativa, propuesta conjuntamente por la OIEC, la UISG-USG y la CEC.
El logo del PEG/GCE expresa que acogemos la invitación del Papa y que nos involucramos en la construcción del mismo. Es un dibujo estilizado del mundo, que, a su vez, es abrazado por una figura humana. Sus colores son verde, azul y dorado. Expresan los valores y dimensiones de nuestra vida humana, fraterna, solidaria, en paz y justicia, comprometidos con el bien común, el cuidado y protección de la “casa común”. La pincelada dorada expresa lo sagrado, la dimensión espiritual que nos convoca y guía.
Animémonos a colocar dicho logo en todas nuestras publicaciones físicas o virtuales y contagiemos a muchos a hacer lo mismo. Creemos juntos una red mundial de centros educativos implicados en la difusión y en el trabajo por esta alianza local y global.
Para esta tercera acción estamos preparando una Guía breve, con orientaciones y cuatro fases, para orientar a los centros y entidades a conocer, comprender, analizar, debatir, experimentar y crear el pacto desde cada realidad educativa local. En breve la publicaremos en cinco idiomas y en ella se dan pautas sobre qué hacer y con quienes, cómo trabajar juntos y con qué metodologías. También se ofrecen algunos recursos y se invita a compartir las acciones más inspiradoras acometidas a nivel local.
3.1. Primera fase: Trabajar el pacto en cada Centro Educativo.
La Guía ofrece orientaciones sobre cómo construir este pacto, junto con otros, desde los centros educativos: escuelas, institutos, universidades u otras entidades educativas. Se va construyendo: reflexionando, buscando, soñando, proponiendo pistas, consensuando criterios y acciones a acometer. En ellos, hay que involucrar, implicar, en cada centro, a los niños, adolescentes y jóvenes, a sus familias, al cuerpo docente, a los directivos y a los colaboradores. Planificar y desarrollar con ellos diferentes tipos de reuniones más o menos amplias. Reuniones o encuentros que pueden ser de dos tipos: homogéneas (por colectivos) o heterogéneas, con los diferentes agentes educativos (estudiantes y docentes; estudiantes, docentes y familias; etc.). Por otro lado, pueden ser reuniones con diferentes finalidades: soñar o compartir inquietudes; indicar posibles cambios o mejoras; reuniones para acordar, consensuar, decidir esas transformaciones; reuniones para planificar, poner en práctica y seguir los acuerdos alcanzados. Es importante experimentar, probar desde la práctica lo diseñado y desde ahí aprender, evidenciar que es posible, válido y seguir avanzando.
3.2. Segunda fase: Construir el pacto con OTROS Centros de la ciudad o barrio.
En esta segunda fase, superamos los límites del propio centro educativo y salimos al encuentro de otros Centros educativos del pueblo, barrio, distrito o ciudad, para trabajar juntos, reflexionando sobre la necesidad y urgencia de un Pacto Educativo, compartiendo sueños y esperanzas, acordando algunos criterios y proyectos a implementar en los centros participantes. Para aprender desde la teoría y también desde la práctica. Se trata de invitar a otros colegios o entidades educativas del entorno próximo, de titularidad pública o privada, católicos y no católicos. Podemos organizar reuniones, foros, seminarios… de diferente tipo, con los diversos agentes de las diferentes comunidades educativas.
3.3. Tercera fase: Construir desde la municipalidad.En línea con lo que el mismo Papa Francisco (2020) nos indica: “Hacemos un llamamiento de manera particular a los hombres y las mujeres de cultura, de ciencia y de deporte, a los artistas, a los operadores de los medios de comunicación, en todas partes del mundo, para que ellos también firmen este pacto y, con su testimonio y su trabajo, se hagan promotores de los valores del cuidado, la paz, la justicia, la bondad, la belleza, la acogida del otro y la fraternidad. No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil”.
En esta fase tratamos de construir ciudades que eduquen, implicando en ellos a los diferentes sectores y agentes de la localidad. Organizando con ellos diferentes reuniones y foros en los que reflexionar y consensuar las principales líneas educativas para mejorar la vida de los ciudadanos, con vistas a propiciar ciudades más humanas, solidarias, fraternas y sostenibles.
3.4. Cuarta fase: Construir el pacto a nivel nacional o internacional.
En esta fase, los centros educativos y sus agentes, insertos en redes de instituciones educativas nacionales o internacionales, trabajan juntas y con otras entidades para la consecución del Pacto Educativo Global.
Con esta cuarta acción daremos apoyo y formación a los centros educativos y sus agentes para acometer con éxito la acción tercera, explicada anteriormente. Se trata de un Manual en el que expertos de renombre internacional, de una forma teórico-práctica, nos orientarán en los temas básicos a abordar en ese proceso de construcción del pacto local. Será un libro inspirador en el que podremos encontrar pistas sobre cómo educar en: la ciudadanía global, el cuidado de las personas y de la casa común, los valores, la atención a la diversidad y la cultura de encuentro, la fraternidad, etc. Cómo lograr una escuela transformadora, participativa, colaborativa, capaz de trabajar en red hacia dentro y fuera de la misma; como innovar para mejor servir a su comunidad, etc. Al mismo tiempo, encontrarán recursos para la participación y la colaboración: metodologías innovadoras y colaborativas; comunidades de aprendizaje; planificación de acciones para el impulso de acciones que propicien ciudades que educan, etc. Así como ejemplos de centros que ya son un referente transformador en el barrio donde educan, escuelas de tiempo completo, comprometidas, que evidencian que una nueva y buena educación es posible.
Sin duda, una pieza clave para lograr el pacto y la mejora educativa, para acoger a todos y prestar un mejor servicio educativo a las personas, familias y sociedades… es necesario mejorar la formación continua del profesorado y de los directivos.
Un programa formativo para que los docentes y directivos hagan realidad en sus centros, una educación más humana, fraterna, solidaria y sostenible; mejorando las vidas de las personas y sus contextos.
Un programa formativo en tres volúmenes, con orientaciones prácticas, científicamente probadas, dispuestas de forma clara para ser contextualizadas, enriquecidas y aplicadas en los distintos centros. Servirán para repensar y renovar los programas educativos de los centros, conjuntar al profesorado y toda la comunidad educativa y alumbrar un proyecto educativo más humano, solidario, fraterno y sostenible, transformando vidas y contextos.
Desde ya, os animamos a implicaros e implementar estas cinco acciones, a crear una red mundial para construir juntos, desde abajo, esta gran alianza, más urgente y necesaria que nunca, en medio de la “catástrofe educativa” en la que nos encontramos. ¡Trabajemos juntos!